jueves, 14 de abril de 2011

un café en el msn

Javier Hernandez says
infrahumano...
que bonito jueveves... vas a tomar hoy?_
"pidele a dios que me muera"
para quitarte de encima al mas terrible enemigo
dile que tienes conmigo una deuda tan enorme
que jamas podrias pagarme
yo por mi parte le pido
que por mucho tiempo existas
porque no hay nada mas dificil que vivir
y mas facil que morir...
que no conozcas la pena de llorar
la dicha de soñar y el don de suspiras
que te alimenten de risa y falsedad
que no tengas piedad
que crezca tu maldad
ANDATE!
que yo viva es tu castigo
pues mientras siga viviendo

Daniel Zavala Huerta says
calla!!

Javier Hernandez says
te voy a estar maldiciendo
nooo.. no debes callar mi boca

Daniel Zavala Huerta says
qie se me antojará un trago

Javier Hernandez says
vamos que te lo invito.. y luego te matarpe
mataré
porque no es amor lo que tu buscas...

Daniel Zavala Huerta says
jaja qué busco entonces, papá?

Javier Hernandez says
me buscas a mi, pidiendo a dios no encontrarme...
buscas mis aventuras, mi calor, mi deseo de ternerte
de recrear cien veces el sexo y soñar que es amor...
buscas tu satisfacción a cambio de descontrol..
buscas la esperanza de esperar tu paciencia..
para matarla
y salir huyendo
buscas un beso... infinito... que te duela
un abrazo mortifero, que se entierre, piel con piel
y una frase que solo tu puedes idear... en la boca del otro
"te amo"
ESO BUSCAS.

Daniel Zavala Huerta says
...
loco!

sábado, 9 de abril de 2011

Poesia, parte 2.

II
Derrite nuevamente mi presencia con tus risas,
Calma mi sed de ser tú, por diez minutos.
Esta improbable pérdida de certeza cuenta otros días de abril.
Y ese día llegara, cuando no quede residuo de aquel beso prestado.

Cuenta cuatro minutos antes de que llegue,
Antes de que te pague tu préstamo morosamente,
Ya no puedo seguir abasteciéndome de esta fallida conexión
Gestiona nuevo romance con tus idolatrías fotografiadas.

Prácticamente yo no soy la canción que tú escuchas,
Soy un especial de gurú sobre lo que temes enfrentar,
Porque tus ideas cóncavas no figuran en mis costillas,
Siempre estarán con miras hacia lo explicable.

Podría derramar todas mis aguas intensas,
Podría perder mi lujuria, mis versos y mis demonios,
Nada me importaría realmente si a ti no te importa.
Tómalo como quieras, yo lo tomo como me lo das.

Sin diferenciar si es crepúsculo o grandes luchas diurnas.

Poesia, parte 1.

I
Nunca me dejaste ser adicto a tus rutinas,
Siempre trataste de darme la opción de preguntar, eso no me gusta.
Y cinco miradas diferentes fueron las que me abrieron los ojos,
No tuviste tiempo para mis compromisos.

Es curiosidad lo que toca a mi ventana, no reproches.
Es tu saliva la que envenena mi miel, no tus palabras.
Mi crueldad tan solo fue muestra de interés,
Siempre espere a que no te dieras cuenta de mi sabor dulce.

Y sin embargo, te escapas a tantas cosas que tengo frente a ti,
A un rasguño en la espalda, a una cama incomoda, a los besos detrás de la puerta.
Sueles provocar mi imaginación, y no apegarte a mi intención.
Siempre buscas terminar esto a ras con una porción grande de intimidad.

Nunca nada te puede tener satisfecho, porque antepones eso que no dejas caer.
Nunca nadie te toca por la espalda, porque es cual piano con notas estancadas.
Y siempre me dejas la maldita opción de esperar, otra vez.
A que te alejes, a que regreses, siempre con nueva cuenta de ser único.

Ya no te creo, no tengo opción: sí.

miércoles, 6 de abril de 2011

Vidas Pasadas

Todo lo que estoy haciendo en estos momentos tiene su razón de ser, este periodo tiene una justificación y todos estos cuentos me remiten a una isla cálida pero fría, con hielos desprendidos en el agua bajo un sol nocturno, es ahí a donde yo quiero estar exactamente, solo y acabar mi tiempo, canjear todo el paquete por un momento de paz e ironía. En todas estas noches que he cazado afinidades y demostrado con compatibilidades que no hablamos el mismo idioma, que todos los reflejos que has creado tan solo después de la felicidad me traen intrigas. Molestias por algo que no es cierto, vacunado de algo que no se para que sirve, y no trato de identificar. ¿Dónde había estado en las últimas 7 horas? Soñando con el día, perdido en esta casa vieja producto de mi creación. Recolectando frutos de la vanidad escondida, meciendo minutos entre los dedos, prendiendo velas, apagando esperanzas.

Ya no tengo ganas de conocer gente nueva, porque nunca concluyo un ciclo para empezar otro, son mis eslabones, es inevitable esta demanda de influencias que se aparean unas con otras para ganar espacio, techo y comida en mí. Estas filosofías se van entretejiendo entre sí para atraparte en su red. Y ya no estoy hablando de mí, por lo que infiero a que estoy concluyendo en algo externo. Cuando mi lápiz golpea una hoja de papel todo puede suceder, se suelta a galope para derribar todos los miedos, se enraíza para que no lo derriben los vientos de las oralidades, y se llena en sí, para ser uno de un todo. Misterio de la complejidad incomprendida, que más bien es inalcanzable, porque no se rebaja a demostrar sencillez como el aspecto de regalar, por así decirlo, sus secretos a los transeúntes.

martes, 5 de abril de 2011

Vidas Pasadas

Si me pusiera a recordar mis vidas pasadas, seguramente habría un vago recuerdo tuyo, uno en donde yo aparezca sin mucho estilo, ejercitando un cortejo tonto, que iba a saber de la vida; no nos hagamos tontos, si te acuerdas y me estas forzando a recordar. Cuando éramos jóvenes, cuando todo se traducía en tardes menesteres de salir a caminar y ensayar rutinas que en ese momento eran lo más entretenido después de besar. Solo en esos tiempos te podía observar crecer y desarrollar de vez en cuando la magia del asombro, irrepetible. Mantener lo peligroso de la noche, mantener nuestras bocas cerradas y la respiración a todo lo que da. Me estas forzando a recordar las banquetas de subida, el polvo en mis zapatos, las grandes raíces de los árboles que proporcionaban descanso, tus visitas matutinas en mi tiempo para alistarme al trabajo. Me estas forzando a recordar lo mucho que deseaba estar contigo en días festivos, presumirte; reírme de chistes copiados en alguna radio, estrenar estilos nuevos de personalidad contigo, permitir intrigas de tu parte. Me estas forzando a recordar que no tenía otra cosa que hacer más que rayar tu nombre en mis cuadernos, que no tenía necesidad de definir cada cosa que me pasaba, porque todo era irrelevante, y porque todo lo único que me importaba estaba ahí y era real. Este momento inoportuno que se filtró en lo complejo de mis pensamientos me recrea el sabor amargo de la cerveza cuando la probé por primera vez, que se confundía con el de mis lágrimas, que le daba sabor el polvo que presenciaba por primera vez también; la actuación del desprecio, así, crudo y sin adjetivos.

viernes, 1 de abril de 2011

Brother Sparrow

Cuando voy siguiendo al rio que corre en contra de mí, cuando no me importa caminar kilómetros por desconocer lo que he dejado atrás, cuando me absuelve el grito de los pájaros en el crepúsculo y me doy cuenta de que no regresare esta noche. Camino despacio, con mucho temor, con muchas endorfinas sueltas, con pocos amigos y muchos pájaros orquestando mi banda sonora. Hermanos míos en la rama de los árboles, mil ojos que me miran, y el horizonte se siente apenado por mí. Nadie ahí sabe de dónde vengo, solo ven que lavo mi cara junto al rio, pero no se confunden con mis lágrimas, porque saben que ando escapando y en momentos de desesperación lo único que hago es llorar, y recuerdo que me habían contado cosas tristes. Y que quizás por eso, llegue hasta ahí, donde mis pies me pedían descanso, donde mis manos necesitaban abrazos, donde mi voz se confundía en el espacio y sigilosamente provocaba un silencio que opacaba el sonido de las piedras húmedas, el canto diurno de los seres que me proclamaban su espacio. ¿Por qué creen que no debería estar ahí? Si yo debería de pertenecer a ellos, estar ahí, y terminar siendo una piedra al lado del rio, atado a admirar mi aspereza todos los días, como un lado b de narciso, como leña amontonada al lado del fogón, sabiendo que en cualquier rato acabare con mi función.

Recapitulación.

No tengo la facilidad de hacer amigos, eso lo sé. Tampoco espero la oportunidad para hacerme famoso a través de lo que no tengo. Es subsistencia lo que me mantiene, es el drama, sin caer en el fanatismo. Lo que en realidad quisiera no lo tengo porque resulta que mi peor enemigo no me lo permite, ese personaje antagonista que comparte carne y que vive en mí. Es aquel que no me ha permitido entregarme de manera total a los finos encantos del amor, estúpida parte de mi sistema inmune que rechaza automáticamente todo aquello que hace daño.

Tampoco tengo facilidad de palabra, por lo que recurro siempre a sagradas respuestas como un “no sé”. Se me complica expresar algo que no llegue a sonar absurdo o ridículo a la vista de lo natural. Ni siquiera tengo un concepto de natural, me mantiene ocupado la repetición y el tiempo para desenredar los malos entendidos de este sistema. Lo que sí, es que tengo un concepto muy vago de lo que no es natural, como los bailes de mis dedos, mis rodillas temblando, mi huesito perdido y pedazos de uñas que sirven para amenizar la espera.

Tengo siete momentos para pensar en el día, para recapitular sobre lo que me sucede, y resulta en que el quinto lo destino a escribir lo que más recuerdo; puedo predecir de mí que el sexto lo ocupare para envolverme entre sabanas y poner atención a lo que entra por mis oídos y traducir esas notas en momentos de transición de un estado a otro. Y el último momento ya no me compete a mí, ni a ti, se lo dejo más bien a los escenarios de sueño que me ponen como actor y espectador de las más inexplicables fantasías que solo aquí, pueden trascender.

De entre tantas, me llama la atención una duda, esa de saber que si te pido que estés juntito a mí por más de un día y una noche, y te llegara a aburrir alguna de mis propuestas, tendrías la decencia de tomar las riendas de este viaje, porque quizás yo a esas alturas quede incapacitado para responder a causa de una sobredosis por espasmos y orgasmos labrados por nuestros deseos. Entonces le explicarás a las estrellas, porque aun en la terquedad del día siguiente, seguimos alucinando lunas doradas, pasto negro y nubes con olor a piel, explicar cómo fue que acercamos tanto al cielo de la tierra, que por un momento se conectaron y dibujaron esa línea que por segundos fue producto de Dios. Dile tú.

Tú?

Tu.
Que sabes entender desinteresadamente mi vocabulario.
Que procuras el agua que siempre he de beber.
Que permeas mis momentos de dolor y de placer.
Que sabes que la sinceridad no es lo único que me preocupa.
Que entiendes que he perdido mucho, por ganar tan poco.
Que me tienes en cuenta entre tus dedos, y me acaricias aun cuando no estoy ahí.
Que sabes algo de mí, que yo no.
Que juegas cuando yo no quiero, y lo entiendo.
Que dibujas miradas raras y sombras abstractas que tienen nombres.
Que no nos conocemos bien, y aun así nos destinamos confianza de más.
Que desmitificas eso que llaman amistad para darle otro significado.
Que astillas cruelmente mis labios con pasión desesperada.
Que admiras las cosas y costumbres de las casualidades.
Que desconoces mi melodía, y la cantas como si la hubieses compuesto.
Que te atreviste, que no me importo; que viniste, que no te llame;
Y que ahora lamentas no haberme necesitado los últimos tres veranos.