miércoles, 30 de marzo de 2011

Love Actually

El amor actualmente
Se basa en democracias absurdas… en formas de vida, y no en el rap callejero.
Me descuida en todos sus aspectos, no me da de comer. Y no creo en él.
Es una función de opera a la que nunca podre aplaudir, es una pijamada a la que no podré ir.
No quiero empezar otra vez con las cosas que no puedo hacer.
Mejor empezar con las cosas en las que puedo intervenir, como el vuelo de un pájaro, el sabor de un helado, el llanto de un niño, quien empieza a contar sus primeras historias…
Quisiera aventarme más de diez veces al vacío y saber que nunca más volveré a despertar, que nadie más interrumpirá mis sueños, tan solo el fenómeno de tu voz.
Octubre estuvo en tu premier, septiembre en tus noches de luna, y un montón de inalcanzables agostos en tus oraciones para no reventar jamás.
Desconozco las razones porque no escuchaste mis suplicas y no viniste a mí, desconozco las razones de tu abandono. Porque eso fue.
Tu abandono.
Entre mis más sinceras suplicas de “no, por favor”, de nada vale cuando no se tiene el respaldo de una fotografía bonita, de nada vale cuando entre tanta mierda de sociedad te refugias entre refugiados de sociedades de mierda, de nada vale si no entiendes mi teorema, mi amor.
Quisiera ser simple solo para ti, quisiera que me apretaras solamente on/off y todo saliera como tu quisieras, mi amor. Quisiera aparecer entre uno de tus dibujos como hoja blanca, y que me des un segundo respiro, si es que todavía te puedo decir “mi amor”, aunque sinceramente no sé qué signifique, sea simple mimetismo lo que me haga imitar tantas cosas de allá de donde eres, sea utilizar cada uno de mis dedos para escribir tres palabras en computadora. Sea lo que sea, no se compara con tenerte de lejos, viéndote apreciar una nube de estrellas: mi amor.

lunes, 28 de marzo de 2011

Algo que yo no haria.

¿Qué es negarse ante una situación provechosa?
Desaprovechar un infinito perdón, una trampa ya puesta, una mentira impune.
¡¿Qué es no andar mostrando lo que tengo dentro, ardiendo, que me pide a cada instante salir?!
1, 2, 3,
Y explota!
1, 2, 3 y todo en un grito puede acabar… un grito acompañado del empoderamiento de la palabra.
Destruir: amenizar la última escena con la delicia de un triunfo como única salida.
Ya no quiero más de esto, pero tampoco lo puedo evitar. Me he abandonado aquí desde hace tiempo.
Le quiero echar la culpa a alguien más, porque aunque no se trate de eso, solo quiero.
Cierro los ojos, imaginando, yo y mi pelo largo en la cima de una montaña, ojos cerrados, manos abiertas.
La música de solfeo, animales pastando y la destrucción anhelando venir a mí.
¿Cómo sabe que la deseo?, ¿Cómo sabe que no puedo tener todo lo que deseo?
¡Maldita intrusa!
Me persuade su manera de ser, me muestra lo que nadie más, te tiene y me tiene.
Fascinación sería la última cosa que sentiría antes de la desconexión, antes de la lluvia blanca.
Fascinación por todo aquello que no logre conocer con certeza, como tu modo de mirar cuando mientes y cuando dices la verdad. Por tus brazos que son caballos durmiendo, y cuando caminas ignoras el asfalto, trazas líneas de emoción derramada y enseguida me doy cuenta que no voy a tu lado, que no haces lo que parece, que le mientes a todos. Y yo trato de engañarte, estúpidamente, fuera de casa, en la oscuridad, con otros. No es ese el rol al que estoy sometido, pero de manera abrupta es la única salida que tengo entonces.
¿Por qué una serie de imposibilidades inundan mis convicciones de ti?
Truena en el cielo, llueve cristal, me corta en pedazos, y desestimo la cantidad de sangre que nace de mí…
Paradójicamente no lo siento, siento más el querer aferrarte a mí, anteponer mi felicidad egoísta a tu libertad, quitarte todo eso que te estorba para que estés libre a mí. A eso que quieres y no sabes, porque eres maquinaria sensible que yo necesito.
¿Qué es negarse ante una situación provechosa?
Desaprovechar un infinito perdón, una trampa ya puesta, una mentira siempre impune.
Ignorar las bases del respeto y lo que sea que signifique, testificar lo que nadie más ha visto, ser el primero.
Negarse ante una situación de provecho, no sé, es algo que no yo haría, así que inadvertidamente estaré ahí rondando por tu barniz, tus movimientos y esencialmente, tu corazón latiendo para mí.
Me vale.

sábado, 19 de marzo de 2011

Para ti, que me estas mirando.


[Parte I: Brilla el sol]
He visto el amanecer muchas veces, solo.
Recostado en la fría banqueta de alguna calle,
Y con el resto de batería, sigo cantando.
Me pierdo en el crepúsculo de mis cansados parpados.
No sé a dónde voy, pero creo saber lo que quiero: buscarte.
Asomarme por tu ventana, tirar una piedra y asegurar que estas durmiendo.
Tu cabello tan agradable se acomoda, que no dudo de esta sensación,
Que me hace sentir que estas soñando.
Me estremezco durante tus sueños, y aun así trato de imaginarlos.
Lentos, pausados…
Apareces, como siluetas de espectros color verde-morado, y desapareces.

[Parte II: Sueño]
A ti, que me estas mirando, sabes que no es eso.
Sabes que conexiones impalpables surgen en el momento que te pregunto: ¿qué?
No es ningún estado alterado de la mente lo que me hace ver en tus pupilas: neblina.
Es como si estuviera apreciando los residuos de lo onírico que quedo en ti.
Esa en la que figuran dos personas entre la niebla pisando pasto,
Cuando los árboles se mecen y acarrean secretos,
Esa en la que se apetece el más cálido de los abrazos,
Y la melodía destinada a los suspiros del alba.
Ven, acomódate aquí conmigo, vuela conmigo,
Te mostrare porque el otro día corría fuera de mi casa… sin razón.
Acompáñame a mostrarles a los demás las cosas locas que tenemos dentro:
Los dibujos de la mar, las semillas para jugar, nuestra sabanita de espantar…

[Parte III: Tú, yo.]
Me acuerdo, que cuando no estas, me siento solo.
No tengo pilares, me invade la nostalgia, me convierto en triste.
Y me pongo a escarbar la tierra para buscar lo que me dejaste,
Para recordar lo que me dijiste,
Y por más que trato,
Y por más que quiero,
No puedo…
¡No es así!
Tengo que volver a mirarte para conectarnos,
Para que se traduzca entre miradas aquello que las palabras no pueden definir.
Esa sensación invisible que solo se expresa con un beso.
Que se siente y suda con la piel.
Porque nunca te dije que significas para mi…
Porque no supe como…
Porque no lo creí necesario…
Porque sé que lo sabes.
No pretendo hacerte un tejido bonito con palabras,
Tan solo trato de describir como es una sonrisa,
Como es eso que hace maravillar un segundo universo aquí,
Explicar, como algo de tan lejos destina su eco en oración, para mí.
Y como algo tan minúsculo, destina partículas de tiempo para pensar en ti.

Foto: Luis Garvan.

jueves, 10 de marzo de 2011

Sin Titulo

Te hablo de mis temores, me es más fácil hablar de ellos que de mis añoranzas…
Me es más fácil soltar el llanto a solas, que en la comodidad de tus hombros. Es que la soledad llama.
Y cada vez que me quiero acostumbrar a lo difícil, caigo de nuevo en lo mismo.
Te hablo de lo que no escribo. Liturgia de mis penas.
Siempre me la paso pretendiendo; tratando de desprenderme del suelo mismo, ahogando comentarios al vacío, preguntándome si las personas se preguntarán qué pienso. No lo creo.
Tú vives en muchas personas; y yo me complemento con muchas personas, cuando no conozco la vergüenza. Solo si me dan permiso, o hasta que encuentre a alguien con quien no pida permiso. No lo creo.
Pero mientras… solo aparento…
Y te admiro, cada partecita tuya, encuentro la perfección que quiero, admiro de lo que carezco. Admiro lo que es para mí. Que lo tengo y no.
Que sí lo tengo: el tiempo ayuda. Que sí lo tengo: y lo disfruto… como si me fuera a morir al instante.
Me auto-regalo a ti. Me empeño a ti.
Y tú sabes que es fugaz, que se nos escapa, y que podríamos agonizar tan solo.
Y si no lo sabes, después lo entenderás.
No es mi culpa, ni el camino. Son los lapsos, es un desliz… hermoso. Irrepetible. Desafortunado. Inevitable.
Inevitable, porque se necesitan de dos fuerzas para recrearlo por segunda vez.
Desafortunado, porque no te puedes desprender de todo, así porque sí.
Irrepetible, porque sucedió en su forma y sabores.
Hermoso, porque es la única palabra capaz de definir algo semejante.
Hermoso, porque eres tú, conmigo.
¿Cabria en este mundo la demencia enamorada?
Cuando la pasión desborda de ti, sí.
¿Qué sería de mí, sin todas esas personas que viven en ti?
Y aun así, sigo tratando de definir el amor, buscándolo en sus infinitas expresiones.
Aun cuando sé que no hay límites, tan solo que existe cual luciérnagas como evidencia.